27 de mayo del 2013
Proteger la continuidad del arrendamiento evitando la resolución del contrato por impago de rentas y el desalojo de la vivienda, provocando perjuicios que podrÃan ser de alguna manera irreparables y desproporcionados al incumplimiento, sobre todo cuando el arrendatario se muestra dispuesto a abonar, aunque sea de forma tardÃa, las rentas que debiese en el momento de proceder a la enervación o rehabilitación. Lo expuesto, evidente, con alguna matización que en artÃculos posteriores se desarrollaran
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