12 de septiembre del 2011
El juicio al expresidente egipcio Hosni Mubarak, acusado de asesinato en masa, parece próximo al colapso. Todos los miembros de la cúpula policial que han testificado hasta ahora aseguran que jamás recibieron órdenes de disparar contra la multitud, justamente lo contrario de lo que decÃan inmediatamente después de la caÃda de Mubarak y lo contrario que declararon a la fiscalÃa durante la preparación del proceso. Los testigos de la acusación se han convertido en testigos de la defensa. La oposición polÃtica y los familiares de las vÃctimas consideran que el juicio solo servirá para absolver al expresidente y para encubrir uno de los delitos más indiscutibles de la dictadura, cometido ante los ojos de miles de periodistas de todo el mundo y de cientos de miles de egipcios.
Para ayer estaba prevista la declaración del testigo más importante: el mariscal Mohamed Husein Tantaui, jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y presidente de facto del paÃs. Tantaui aseguró, en los dÃas siguientes a la dimisión de Mubarak, que el Ejército se habÃa negado a disparar a los manifestantes de la plaza de Tahrir, desobedeciendo "órdenes superiores". HabÃa una enorme expectación para comprobar si Tantaui se ratificaba o, como otros testigos, presentaba una versión completamente distinta de los hechos. Pero el mariscal pidió que su comparecencia fuera retrasada, alegando la "frágil situación de la seguridad" en Egipto tras los violentos disturbios del viernes y el asalto a la Embajada de Israel en la madrugada del sábado. La declaración de Tantaui quedó fijada provisionalmente para el 24 de septiembre.
Ahmed Abu Baraka, abogado y dirigente de los Hermanos Musulmanes, opinó que por lo visto y oÃdo hasta ahora en la sala de juicios de la Academia de PolicÃa "o los fiscales no han trabajado bien, o los testigos han mentido, o los testigos temen que admitir que recibieron órdenes de disparar a matar podrÃa llevarles al banquillo de los acusados por ejecutar un plan criminal de la presidencia". PodrÃan ser las tres cosas a la vez. El trabajo de los fiscales resulta discutible, ya que aún se habla de "unas 850 vÃctimas mortales" durante los dÃas revolucionarios, sin que exista una cifra exacta y una lista con los nombres de los muertos. La mentira de los testigos aparece diáfana: o mintieron durante la instrucción del sumario o lo han hecho en el juicio. Y, ciertamente, un paso en falso podrÃa llevar al banquillo a toda la cúpula del antiguo Ministerio del Interior.
El teniente general Mohamed Abdel Hakim, uno de los jefes policiales encargados de reprimir las manifestaciones, aseguró en el estrado que no comprendÃa cómo hubo tantos muertos dado que "las fuerzas de seguridad no disponÃan de munición real". Esam el Bataui, abogado del exministro del Interior Habib el Adli, proclamó que "solo se abrió fuego contra elementos extranjeros pertenecientes a Hamás y Hezbolá".
A las puertas de la sala de juicios, los familiares de las vÃctimas expresan su indignación y se enfrentan a los cada vez más numerosos "hijos de Mubarak", que vitorean al expresidente.
Fuente: elpais.es